“A single fist (Un solo puño)”

It is with profound sadness and heavy hearts that we, the family of Pablo Marzano, announce his passing on Friday, 22nd. of January 2021. Pablo died unexpectedly at his home in Burnaby, B.C. at the age of 73.

Pablo was born in Callao, Peru, a city he loved and always remembered. Pablo was the third child of Guillermina and Roberto. He lived a happy childhood along with his siblings Isabel, Roberto, Sara and Carmen. At the age of sixteen, he suffered the loss of his father. This episode marked his life and taught him the values of sharing and caring for his family. The traits he developed then, defined and shaped his whole life.

Pablo together with Maria, the love of his life, raised 3 children Maria, Katia and Chris. He also had 3 loving grandchildren Andre, Mia and Juan Diego. Pablo was a loving and caring father who always inculcated the values of sharing and family union he learned from early life. He would always say “family must be a single fist” to represent the strength of a family united that can overcome anything while holding each other close.

Pablo’s love for chess led him to become the president of the Chess Association in Callao, building several chess benches and boards in poor areas of the city to promote the sport and culture he loved. He also was a member of APRA, a political party from Peru, where he formed long lasting friendships and built social awareness to further a just cause. His extroverted and friendly personality made many relationships within the city and he was well respected and recognized in his social circles.

Pablo migrated to Canada in the early 90s to provide a better quality of life to his children and reunite with his mother and sisters. Once in Canada he became a fond uncle to nieces and nephews.

He worked tirelessly for many to support his family in Peru. This generous, caring and selfless personality were the hallmarks of his character.

In the latter stages of Pablo’s life, his growing faith and commitment to God gave him a sense of peace that could not be shaken. His religious community and extended family of brothers and sisters were always by his side.

Pablo leaves a rich legacy of love, generosity and kindness. He will be greatly missed and remembered by his family and friends and the lives he touched.

Con profunda tristeza y pesar anunciamos el sensible fallecimiento de Pablo Marzano el día viernes 22 de enero de 2021. Pablo falleció de manera inesperada a la edad de 73 años en su domicilio en la ciudad de Burnaby, British Columbia, Canadá.

Pablo nació en la ciudad del Callao en Perú, ciudad que él amaba y siempre recordaba. Fue hijo de Guillermina y Roberto, siendo el tercero de cinco hermanos. Tuvo una infancia feliz junto a sus hermanos Isabel, Roberto, Sara y Carmen. Pablo aprendió los valores de compartir y cuidar de su familia a temprana edad cuando su padre falleció siendo él solo un adolescente. Este suceso lo marcó profundamente y definió mucho su vida

Pablo junto a María, el amor de su vida, criaron con mucho amor a sus tres hijos María, Katia y Chris. También tuvo la dicha de ser abuelo de André, Mía y Juan Diego. Pablo fue un padre amoroso que siempre enseñó a sus hijos el gran valor de la familia por encima de todo. Pablo enfatizó estos valores durante toda su vida siempre diciendo “La familia debe ser un solo puño”. Este dicho representaba su deseo de unión familiar que supera cualquier obstáculo ante la adversidad.

Otra de sus pasiones en vida fue el ajedrez, su entusiasmo por este deporte lo llevó a ser el Presidente de la Asociación de Ajedrez del Callao. Ocupando este puesto, Pablo construyó muchos tableros de juego en áreas pobres de la ciudad para promover la cultura de este deporte. Pablo también fue miembro activo del APRA donde cultivó muchas buenas amistades y formó su sentido social por las causas justas. Debido a su personalidad amigable y extrovertida, pudo hacer muchas amistades que lo apreciaban y respetaban, siendo reconocido en sus círculos sociales.

Pablo emigró a Canadá en el año 1992 para darles una mejor calidad de vida a sus hijos. Ya en Canadá, se reencontró con su amada madre y sus hermanas y estableció una relación de cariño con sus sobrinos.

Su mayor motivación fue trabajar duro para darles un mejor porvenir a sus hijos en Perú. Siempre fue muy generoso y siempre ponía las necesidades de sus seres amados antes que las personales.

En los últimos años de su vida, Pablo se acercó mucho más a Dios y su inquebrantable fé le dió mucha paz. Creó fuertes vínculos con su comunidad religiosa convirtiéndose en su segunda familia que se mantuvo siempre a su lado.

Pablo deja un legado de amor y generosidad a su familia. Siempre lo extrañaremos y será recordado por sus familiares, amistades y las vidas que tocó.